lunes, 31 de agosto de 2015

benditas sean las raras excepciones.

y de repente,
así sin darme cuenta,
rompí la promesa que hice
al lado izquierdo de mi pecho;
llegasté tú,
y cambiaste por completo mis esquemas,
convertistes las semanas
en un sinfin de viernes
entre tus besos;
las lágrimas,
en preciosas carcajadas
a dos voces;
hiciste que los silencios
no me asustasen,
por que si no hablabas
sería por que estarías pensandome;
convertiste mis inviernos,
en primaveras entre abrazos;
fuiste la excepción,
que necesitaba mi vida.

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