miércoles, 2 de septiembre de 2015

y de repente tú.

y de repente tú,
y de repente yo,
de repente nosotros;
esos que sabían iluminar Madrid
sin hacer falta que fuese navidad;
esos que eran la quinta caña
de una noche de viernes,
esos que hacian del amor
un deporte de riesgo en cada esquina,
esos que se hablaban
incluso en los silencios,
que se pensaban soñando,
y soñaban pensandose,
y de repente;
y de repente nada.

(Escrito para la mejor)

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